La “tormenta perfecta” de la vivienda obliga a construir más y facilitar los préstamos

En 2024, los desahucios por impago de hipoteca en España descendieron por tercer año consecutivo, con 8.921 ejecuciones, un 4,3% menos que en 2023. La caída se debe a la reducción de los tipos de interés y al incremento del alquiler frente a la compra de vivienda. 

El Banco Central Europeo redujo los tipos cuatro veces en 2024, lo que alivió la carga financiera de las familias con hipotecas variables. A pesar de ello, la compra de vivienda sigue siendo costosa, lo que ha llevado a un aumento de personas que optan por el alquiler. 

El número de hipotecas concedidas es significativamente menor que antes de la crisis de 2008, lo que influye en la disminución de ejecuciones. Se estima que actualmente se otorgan unas 400.000 hipotecas anuales, en comparación con los 1,7 millones previos a la crisis. 

Históricamente, 2024 registró un número de ejecuciones solo superior a los niveles de 2018, 2019 y 2020, cuando una combinación de sentencias judiciales y reformas legales limitó la capacidad de los bancos para ejecutar desahucios por impagos mínimos. 

Las hipotecas más antiguas siguen siendo las más problemáticas: el 14,9% de las ejecuciones en 2024 correspondió a préstamos concedidos en 2007, antes del colapso del mercado. Casi la mitad de los desahucios se originaron en hipotecas firmadas entre 2005 y 2008, en plena burbuja inmobiliaria. 

El 90,5% de las ejecuciones hipotecarias en 2024 afectaron viviendas de segunda mano, aunque en descenso respecto a 2023. Sin embargo, las ejecuciones sobre propiedades de empresas aumentaron un 9%. Más detalles en El País. 

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